“Esto significa específicamente que en la elaboración del pan se disminuya el agregado de sodio, de un kilo de sal por cada 50 kilogramos de harina se pasa a 750 gramos. Esto trae grandes beneficios para la comunidad” destacó Carlos Tassara, jefe del Departamento de Enfermedades Crónicas No Transmisibles.
Asimismo continúo “las panaderías o supermercados que adhieren firman una especie de contrato moral por la salud de los ciudadanos. Se tomó el pan porque llega a todas las mesas, es de distribución masiva y tiene llegada a todos, es una estrategia de bajo costo que llega a muchos”
Es importante destacar que el programa “Menos sal, Más vida” es una iniciativa que persigue disminuir el consumo de sal de la población en su conjunto para reducir la importante carga sanitaria que representan las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales. Constituye una de las principales acciones de promoción de la salud y forma parte de un plan integral de prevención y control de enfermedades crónicas no transmisibles.
“En Río Negro más de 25 panaderías están adheridas; y dos cadenas de supermercados (La Cooperativa Obrera y La Anónima) tratamos que se involucren más panaderos debido a que se demostró que el descenso de 2 gramos (una cucharadita) en el consumo de sodio disminuye la morbimortalidad de las enfermedades crónicas”, expresó Tassara.
Las estimaciones del Ministerio de Salud de la Nación dan cuenta que la reducción en el consumo de sal logró evitar 4.040 muertes al año por infartos, accidentes cerebro vasculares (ACV) y enfermedades renales entre otras relacionadas con el exceso de sodio en las comidas.
El consumo diario de sal por argentino se ubica entre los 12 y 13 gramos. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), recomiendan un consumo no mayor a los 5 gramos.