“Hoy en día, las mujeres pueden construir su propia casa, salir adelante con su fuente de trabajo”, enfatizó la profesora a cargo del taller, Pamela Vázquez.
La docente mencionó haber sufrido discriminación a la hora de trabajar: “La gente no tiene mucha confianza porque es un oficio siempre hecho por hombres, pero las mujeres tenemos las mismas capacidades y además somos detallistas y prolijas. Acá en la obra nos llevamos muy bien, hay mucho compañerismo, ante todo”.
Muchas de las alumnas del curso son madres, que deben afrontar solas la crianza de sus hijos. Otras poseen un terreno en algún punto de la ciudad, donde prevén edificar su casa con el transcurso de los meses y luego de adquirir todos los conocimientos necesarios en el taller. “La mano de obra hoy en día te sale muy cara, por eso es importante saber”, agregó.
“Ayudar a nuestras familias”
“Aprendí muchas cosas: a revocar, pegar pisos, ladrillos; estoy muy agradecida porque yo no sabía ni siquiera lo que era hacer una mezcla. Tengo mi terreno y una casa, que la voy a ir haciendo de a poco, gracias al taller. Al principio me daba miedo, porque a veces las mujeres somos muy juzgadas, pero después me entusiasmé y el taller está muy bueno y podemos ayudar a nuestras familias”, expresó Carolina Llanquinao, una de las alumnas.
El taller de albañilería se dicta a través del Consejo Provincial de la Mujer, del Ministerio de Desarrollo Social, y es uno de los más de 600 que tienen lugar en toda la provincia.