“Para nosotros, como Gobierno, es un orgullo haber sido parte de este proceso de recuperación de la ganadería. Los productores sufrieron y se esforzaron mucho, y hoy viven un presente de crecimiento”, resumió el gobernador Alberto Weretilneck.
A través de diferentes herramientas, el Gobierno Provincial destinó más de $800.000.000 para asistir a 2.500 productores y defendió con fuerza el corrimiento de la barrera sanitaria. Medidas que pusieron nuevamente de pie a la producción.
La actual gestión se inició con años de sequía y la erupción de tres volcanes, que arrasaron con las majadas en un 60% y los rodeos en un 55%. Por entonces, se contabilizaban menos de 400.000 cabezas bovinas y 700.000 ovinas, pérdida de animales y de productores que dejaban la actividad, abatidos por la situación.
Las cabañas eran menos de 10, las hectáreas sembradas de maíz menos de 4.000 y los productores que realizaban engorde menos de 40. La faena de bovinos no llegaba a las 100.000 cabezas y la de ovinos a 35.000. La producción de lana apenas superaba los 2.500.000 de kilogramos al año.
El Gobierno Provincial decidió poner en marcha una serie de herramientas, consensuadas con todos los sectores: el Programa Ganadero Bovino Provincial; el Plan Ovino y Caprino; el Plan Sectorial Porcino y el Programa de Siembra de Pasturas y Maíz. Se sumaron otros planes nacionales como la Ley Ovina y Caprina, PROLANA y PRODERI, permitieron asistir al sector para revertir la situación
Se financió con más de $800.000.000 a más de 2.500 productores en acciones de recuperación del stock, infraestructura predial, engorde y suplementación, siembra de maíz y alfalfa, captación y distribución de agua, compra de reproductores, esquila, comercialización de carne y manejo de fauna silvestre.
Además, con una fuerte defensa de la Provincia, se avanzó en el status sanitario hacia libre de fiebre aftosa sin vacunación y se posicionó a la provincia en el máximo reconocimiento sanitario internacional.
Las acciones desarrolladas permitieron recuperar el stock bovino hasta 750.000 cabezas y el ovino a 1.250.000. Se incrementó la superficie sembrada con maíz a 10.000 hectáreas. El número de cabañas en la provincia se triplicó, la cantidad de productores que engordan se quintuplicó y la faena se incrementó en un 60%.
El abastecimiento interno de carne aumentó notablemente y otros países posaron su mirada en Río Negro: se abrió el acceso al comercio de países inéditos y de gran exigencia como Japón y China.
Además, la producción de lana se incrementó a 4.000.000 de kilogramos por año, cifra récord en la historia provincial.
Estos guarismos resultaron en el incremento del Producto Bruto Geográfico de más de $3.000.000.000 por año y la generación de más de 5.000 puestos de trabajo.
“Analizando estos logros, es imposible no reconocer el trabajo de todas las personas que fueron parte del proceso y destacar el esfuerzo de los productores, incluso de aquellos que no pudieron aguantar esta situación de crisis y debieron abandonar sus campos. Hoy Río Negro está destinada a ser una provincia agrícola-ganadera”, finalizó Weretilneck.