Se trata del máximo exponente de las aves carnívoras o también conocidas como aves del terror, que datan de 15 millones de años atrás. Con una altura de 3 metros y 150 kg de peso, este depredador que alcanzaba velocidades de más de 60 km/h fue considerado el rey de las sabanas sudamericanas.
Algunos de los restos del Kelenken y de otros tantos seres vivos de menor escala fueron descubiertos en 1999 por Guillermo Aguirrezabala cuando tenía apenas 13 años y disfrutaba salir a la montaña en busca de piedras semipreciosas, hasta que se topó con el mundo de los fósiles y descubrió su gran pasión.
Actualmente, el rionegrino cursa la licenciatura en biología con orientación en paleontología en La Plata y trabaja como técnico en Conicet desde 2016. Por su gran aporte a la región fue invitado a participar como asesor honorario del Paleoparque: “estoy muy comprometido con el proyecto porque yo soy de Comallo y esto es muy importante para la región y para los chicos de acá”, manifestó.
Sus comienzos en el mundo de los fósiles
Conocido como “el loco de las piedras”, Guillermo pasaba largas jornadas en la montaña buscando cosas. “Al principio fui encontrando cosas chiquitas, pero cada vez empezaron a hacerse más grandes y ante la imposibilidad de conseguir información me contacté con gente de la Asociación Paleontológica de Bariloche, un grupo de apasionados que decidió armar un museo para que el público pudiera tener acceso a la información”, explicó.
El paleontólogo sostuvo que hace poco más de dos décadas la situación era muy diferente a la actual: “no había el acceso a la información que tenemos en la actualidad y aunque yo estaba muy interesado en aprender no era fácil hacerlo, pero por suerte mi familia siempre me apoyó y me compraban libros para que yo pudiera estudiar sobre el tema”.
A pesar de las dificultades, la curiosidad siempre guió su camino: “cuando empecé a toparme con fósiles me preguntaba ¿cómo puede ser que estos bichos hayan vivido acá? Me surgían miles de interrogantes de cómo habría sido el lugar y el ambiente, preguntas que me empezaron a encaminar y que junto con el rol importante de algunos formadores me ayudaron a darme cuenta que el mundo de la paleontología era lindo e interesante”.
Durante su adolescencia, Guillermo soñaba con crear un museo en el pueblo donde poder mostrar su fascinación y que otros puedan disfrutarla. Sin embargo sostiene que “a veces es cierto que hay que dejar que las cosas maduren, porque este proyecto quizás hace unos años hubiese sido inviable y sólo podían aprovecharlo las personas del pueblo”.
En este sentido agregó que “con la ruta asfaltada estamos a 40 minutos de Bariloche y eso abre nuevas posibilidades ya que se puede apuntar a la llegada de turistas de distintos lugares por la cercanía con este centro turístico tan importante. No tengo dudas que va a ser un punto de atracción, una propuesta interesante y apuntó a que en Comallo podamos reforzar un poco más la pata científica y conocer un poco mejor la vida que ocurrió hace 15 millones de años”.
Un sueño hecho realidad
Aguirrezabala recuerda cómo fue creciendo su interés: “empecé con esto de chico y a la gente del pueblo le llamaba la atención, había mucho desconocimiento pero cuando vino National Geographic a hacer un documental se dieron cuenta que algo interesante debería haber para movilizar a un canal internacional, entonces lo empezaron a mirar con otros ojos”.
Además, comparte cómo pudo formarse y seguir trabajando para potenciar la riqueza paleontológica de su pueblo. “Empecé medio de la nada, con las dificultades del acceso a la información pero con mucho apoyo de mi familia que me permitió ir a estudiar paleontología a La Plata y a raíz de eso conocer gente y adentrarme en el mundo laboral. Si freno y miro mi vida como si fuese una película puedo decir que es muy lindo lo que me pasó y hoy con este proyecto siento que se está cumpliendo un sueño más en mi vida”, expresó.
Sobre el Paleoparque
En relación al proyecto, el descubridor del “Kelenken Guillermoi” enfatizó su deseo de que “el Paleoparque pueda convertirse en un lugar donde aquellos chicos que estén interesados en fósiles y en la paleontología puedan sacarse todas las dudas, así como también ver el trabajo que realizan los paleontólogos”.
Por otra parte, manifestó que “me hubiera encantado de chico tener acceso a un lugar así o alguien con quien conversar del ámbito de la paleontología, por eso creo que este lugar abrirá muchas puertas. Si el proyecto puede ayudar a que un chico que tiene interés se sienta más cómodo y también obtener más información sería una alegría tremenda”.
Cabe destacar que el Parque Paleontológico se desarrollará en un predio de 1.5 hectáreas y contará con siete esculturas a escala real de especies extintas que habitaron el lugar. El proyecto forma parte del Plan Estratégico de Desarrollo Turístico, impulsado por el Ministerio de Turismo y Deporte a fin de desarrollar obras de infraestructura y servicios en las 4 regiones de la provincia.
Uno de los objetivos del plan es desarrollar el turismo ferroviario y paleontológico en la estepa, región rionegrina en la que se encuentra el corredor paleontológico, conformado por el bosque petrificado en Valcheta y próximamente también involucrará al Paleoparque Comallo.
El Parque contará con un centro de visitantes que, con una superficie cubierta de 260 m2 y una semicubierta de 321.69 m2, albergará un salón de exposiciones, un patio arqueológico, un cine/auditorios, una oficina de turismo, una tiene de regalos, un bar/confitería y todos los servicios de apoyo como cocina y sanitarios.
Además, las obras comprenden la colocación de un cartel de bienvenida ubicado sobre la RN Nº 23 con un pórtico de encuadre paisajístico en el punto más alto del predio y una plataforma con punto wi-fi desde la que se podrá apreciar la totalidad del complejo. También se proveerán cercos de cierre, forestación y estacionamiento.
Dentro del predio, las esculturas estarán conectadas mediantes senderos que conformarán los diferentes recorridos, con espacios de estar al aire libre que estarán dotados de diferentes equipamientos.