“Las clases presenciales se suspenden en Bariloche no porque la escuela sea el lugar de contagio, sino por toda la circulación que se da a su alrededor. Entre todos los niveles, la ciudad tiene una población estudiantil de unos 34.000 estudiantes, a la que hay que sumarle 4.500 docentes y el Personal del Servicio de Apoyo; unas 40.000 personas del ámbito escolar más padres, tutores o familias que acompañan a las y los estudiantes. Si bien registramos baja incidencia de contagios de COVID-19 dentro de los edificios escolares, era necesario restringir el movimiento que se genera para evitar la circulación comunitaria del virus”, explicó.
Respecto a la continuidad pedagógica, la ministra recordó que “las y los estudiantes ya estaban trabajando en una bimodalidad, presencial y no presencial; por lo que es un mecanismo que las escuelas ya viene instrumentando”.
“Tenían una semana intercalada de clases presenciales, ahora tendrán dos seguidas de no presencialidad. Cuando termine esta medida de 15 días se evaluará cómo podemos continuar”, sostuvo la titular de Educación.