Los ambientes interiores sin ventilación son los más riesgosos para la transmisión de SARS-CoV-2 mediante aerosoles, ya que los mismos se acumulan aumentando las probabilidades de que se inhale aire con presencia de virus. Por esta razón, la ventilación constante en los ambientes es clave en la prevención del COVID-19.
En este sentido, desde la cartera sanitaria, para reducir el riesgo de transmisión por aerosoles, se recomienda sumar la ventilación a todas las medidas de prevención como distanciamiento social, uso de barbijo e higiene de manos.
La misma debe ser cruzada para que el aire circule. Abrir puertas y ventanas de manera continua genera un flujo de aire permanente, sin que se acumulen aerosoles, por lo que es mejor que una apertura intermitente.
En ambientes cerrados, preferentemente, la ventilación debe ser abriendo puertas y ventanas en extremos opuestos para facilitar la corriente de aire. En tanto, en taxis y colectivos se recomienda abrir ventanas y ventanillas de la parte delantera y algunas de la trasera para lograr una adecuada circulación.