"Ambiente viene trabajando con los recursos genéticos desde 2017, pero en 2022 se tomó la determinación de crear un área específica dentro de la Secretaría", explicó Fernando Gabriel Hartmann, referente del área. Esta decisión responde a la necesidad de gestionar de manera más eficaz los recursos genéticos en el marco del Protocolo de Nagoya, un acuerdo internacional que regula el acceso a estos recursos y la distribución justa de los beneficios derivados de su utilización.
En conjunto con la Subsecretaría de Ambiente de la Nación, el área adquirió conocimientos esenciales para su funcionamiento. Este esfuerzo colaborativo permitió a Río Negro fortalecer su posición como líder en la gestión de recursos genéticos, un campo en el que instituciones nacionales como el CONICET y el INTA también participan activamente.
El área opera a través de la Subsecretaría de Áreas Naturales Protegidas y se encarga de la recepción y evaluación de proyectos de investigación.
"Tenemos un registro compuesto por dos sectores: recursos biológicos y recursos genéticos," detalló Hartmann. Estos registros permiten clasificar y organizar la información sobre los recursos estudiados, asegurando una gestión ordenada y eficiente.
Un aspecto clave del trabajo de este área es la firma de acuerdos de transferencia de material biológico con los investigadores. "Estos acuerdos son fundamentales para regular el acceso a los recursos y, en caso de descubrimientos importantes, establecer regalías que pueden representar un ingreso significativo para la provincia," señaló
Hartmann. Este modelo no solo busca proteger los recursos, sino también aprovechar su potencial económico en sectores como la cosmética y la alimentación.
En Río Negro, los proyectos abarcan una amplia gama de recursos genéticos, incluyendo plantas, hongos, bacterias, y levaduras. Por ejemplo, en Bariloche, se desarrollaron investigaciones sobre levaduras con potencial alimenticio. Además, se exploran las características de diversas especies para su posible comercialización en mercados internacionales, como Estados Unidos.
En una reciente reunión clave con representantes del INTA, se presentaron avances significativos en los proyectos de investigación sobre plantas nativas de Río Negro. Estos proyectos buscan no solo preservar la biodiversidad, sino también explorar usos potenciales en áreas como la ornamentación, la cosmética y la medicina.